- Una Internet que no se difunde por cables, sino a través de llaves de memoria USB está permitiendo que una nueva generación de críticos cubanos utilicen los blogs y otras herramientas para ofrecer una visión distinta de la isla.
- Yoani Sánchez, una de las "bloggers" más conocidas afirma que "el muro tiene grietas y cada vez tiene más"
- "Tardé once años en ver la caída del Muro de Berlín, pero un vídeo de críticas al régimen se filtró en dos semanas"
SILVIA AYUSO . DPA. LA HABANA Lunes, 24 de marzo de 2008, Diario de Navarra
DESDE su apartamento situado en un piso 14, Yoani Sánchez tiene una panorámica de La Habana casi completa. Una visión que trata de reflejar -y explicar- a través de su blog, Generación Y.
En su año de existencia, ya se ha convertido en todo un referente no sólo de la interpretación no oficial de los acontecimientos en la isla, sino de las posibilidades que las nuevas tecnologías abren a aquellos que viven en lugares con poco o ningún espacio en los medios convencionales para opiniones divergentes.
"Tanto desespero por los cambios que no llegan, me ha hecho creer que sí, que el veto para comprar ordenadores se levanta, o mejor dicho, se desvanece ante su ineficacia", escribe sobre los rumores de liberación de computadoras en la "nueva" Cuba de Raúl Castro en uno de los últimos posts de su blog"."Internet es el último resquicio que el gobierno nos ha dejado", explica esta filóloga de 32 años y periodista/blogger por vocación su decisión de publicar sus visiones en un medio, en principio, tan poco al alcance de la mayoría de los cubanos.
Difícil de acceder para muchos sí, pero no imposible, como demuestran los cientos de miles de entradas en su blog, "muchas de ellos desde Cuba", resalta."Me pasa frecuentemente que la gente en la calle me para y me dice, "te estoy leyendo". Pienso que por cada persona que se atreve a dar el paso y decirme "te leo", hay un centenar que jamás lo haría porque tiene miedo, pero lo están leyendo".
A Yoani Sánchez y a su marido, el periodista y también blogger Reinaldo Escobar, les gusta explicar las posibilidades de Internet con una anécdota. "Tardé 11 años en ver la caída del Muro de Berlín", cuenta Yoani, y Reinaldo apostilla: "Yo tardé 20 años en ver a Armstrong llegar a la Luna, porque aquí ni se dijo en la televisión. Y de los Beatles supimos cuando ya se habían disuelto".
Sin embargo, destacan, "duró dos semanas sólo ver el video de Eliécer" Avila, el joven estudiante de informática que puso en apuros al presidente del Parlamento cubano, Ricardo Alarcón, al hacerle incómodas preguntas como por qué los cubanos no pueden viajar libremente o tener acceso a Internet, en un video interno que, de manera aún no revelada, se filtró y acabó en medios de comunicación internacionales.
Y de ahí, por diversas plataformas, sobre todo CDs regrabables y memorias flash, a manos de muchos "miles" de cubanos. "Ha circulado como pólvora el video de Eliécer, es casi un desprestigio no tenerlo", ríe Reinaldo.
Y es que, aunque la inmensa mayoría de los cubanos no tienen acceso a Internet -oficialmente el 9% de la población, aunque desde fuera se afirma que sólo el 1%-, las posibilidades que las nuevas tecnologías generan están abriendo muchas vías para aquellos que buscan una información alternativa.
"El muro tiene grietas, y cada vez tiene más. El problema es que ellos (las autoridades) están reparando una y se les abre otra", describe Yoani la situación con las nuevas tecnologías.De esas "grietas" se aprovecha también "Ricardo" (nombre ficticio dado que pidió mantener el anonimato), un estudiante de La Habana que, para ganar algo de dinero, se dedica a vender memorias flash que le traen amigos desde Europa.
"¿Qué define la posibilidad de acceder a la información? El poder moverla por otras vías es una de las alternativas", explica. Pone su propio ejemplo: él, que no puede entrar en Internet, accede a su correo a través de una amiga, que le carga sus mensajes en una memoria flash para que luego él pueda leerlo en su vieja computadora.
"Internet funciona en Cuba de una manera totalmente peculiar. Una persona se mete en Internet y luego puede difundir informaciones a más de 20. Yo misma funciono como un elemento de difusión: me conecto, descargo un montón de páginas web y luego lo paso en memory flash o CD a los amigos, quienes a su vez hacen lo mismo", explica.
"La necesidad de información es tal que la gente encuentra los mecanismos para hacerse con ella", insiste Yoani.
Yoani prepara su "Generación Y" desde casa, "con un viejo portátil del 98". No tienen conexión a Internet ("si nos van a hacer algo, que sea por lo que escribimos, no por un delito menor como conectarnos ilegalmente", dicen), por lo que primero lo organizan todo "offline", para amortizar el "caro" tiempo en Internet.
Y es que, con un salario medio cubano de entre 15 y 20 dólares, gastar al menos cinco en una hora de conexión es un auténtico lujo. La pareja de blogueros, que subraya su "independencia" y que no reciben subvención alguna, envían sus textos, así como los de la revista Desdecuba.com, que sirve de plataforma a los blogs, con dinero reunido bien por sus respectivos trabajos o de "donaciones", cuando alguien les regala una tarjeta de una o dos horas de conexión.
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