Más de cien estudiantes navarros están estos días en Cuba pasando disfrutando de su viaje de estudios. Allí les ha pillado el anuncio de renuncia de Fidel Castro. Pero, cuentan, la noticia ha dejado a los cubanos indiferentes
ÍÑIGO SALVOCH, Diario de Navarra, Domingo, 24 de febrero de 2008Mikel Arriazu Arrondo (Pamplona, 1985) estaba en un bar de La Habana, Cuba, viendo un partido de fútbol el día que Fidel Castro anunció que dejaba el poder después de casi medio siglo. Rodeado de cubanos, cuenta por teléfono, que no atisbó ningún signo de nada en ninguno de ellos. Todo seguía igual, algo que le llamó la atención. Más aún si se tiene en cuenta que tanto él como sus compañeros de la UPNA (Universidad Pública de Navarra), con los que disfruta estos días de viaje de estudios en el país caribeño, recibieron bastantes llamadas de España, de sus familiares, preocupados por las noticias llegadas del país castrista y temerosos de que el anuncio oficial del dictador provocara conflictos, si no revueltas, y pillara de pleno a los estudiantes que habían cruzado el charco. Pero nada más lejos de la realidad. La vida en Cuba, por lo menos así lo percibían los jóvenes navarros, no sufría ninguna alteración. "No hemos visto ni miedo ni esperanza, todo sigue igual que siempre. La gente no ha visto ningún cambio, no hay ambiente de conflictividad ni crispación por la posibilidad del fin de una dictadura. Al fin y al cabo, que continúe su hermano lo ven como un continuismo, más de lo mismo", relata Mikel Arriazu desde un hotel cubano, poco antes de partir hacia Varadero.
Estos días, el hotel cubano tiene alojados a bastantes estudiantes navarros. Mikel Arriazu ha viajado junto con 76 compañeros de Empresariales de la UPNA y 45 de Lade y Derecho. Llegaron el 15 de febrero y regresan el próximo 29. Como ellos, también están alojados en el mismo hotel 34 estudiantes de Económicas, del mismo centro universitario. Éstos llegaron el lunes 18 y se vuelven a Pamplona el próximo 3 de marzo. Uno de ellos, Sergio García Garde (Burlada, 1985), estudiante de cuarto curso de Económicas, es de la misma opinión que Arriazu. "A la gente de aquí, el anuncio oficial de Fidel Castro no les ha importado nada, porque ya sabían que en algún momento dejaría el poder, era algo previsto. No les ha sorprendido lo más mínimo", relata, también desde el hotel, Sergio García. "Han visto el periódico y como si nada, porque piensan que todo va a seguir igual. Para ellos no ha cambiado nada, todo va a seguir igual, con la única diferencia, que continuará el régimen en otra persona", añade el estudiante navarro.
También dice Mikel Arriazu que no es fácil que la gente, en Cuba, te cuente así como así lo que opina y se atrevan a expresarse libremente. Así que aprovechan para pulsar el ambiente cuando van en taxi y, entre trayecto y trayecto, se ponen a preguntar al taxista; o al guía de turno... "Pero es que los tienen a todos muy callados, hay mucha policía militar por las calles y a la gente les da miedo hablar, que les oigan y que se los lleven..., por lo menos eso es lo que me ha contado la gente de aquí, que como alguien se vaya de la lengua... A ello se une que es muy complicado salir del país, necesitas un montón de papeles... Así que, lo que se ve, hoy por hoy, es tranquilidad", relata este estudiante.
Misioneros
En la actualidad, un grupo de unos 20 misioneros navarros trabajan en diversos proyectos en Cuba. Uno de ellos es el padre Paúl Jesús María Lusarreta Induráin, natural de Lumbier, quien está al cargo de una residencia de 200 ancianos, la mayor de Cuba. Lusarreta hablaba el pasado jueves desde la isla y aseguraba que el clima era de "absoluta tranquilidad". Lusarreta indicaba que ese día había llegado el secretario del Vaticano y estaban invitados a acompañarle en un recorrido por los mismos lugares que pasó Juan Pablo II en su visita a Cuba. "La visita ya estaba programada hace tiempo, la única salvedad es que el secretario de Estado deberá entrevistarse con Raúl Castro y no con Fidel. En cuanto a las reacciones de la calle, Lusarreta indicaba que "la noticia la hemos podido leer y escuchar, pero no hay ningún cambio en la vida", aseguraba. El proyecto en el que trabajan los Paúles había sido aprobado por el propio Fidel Castro, y el misionero navarro confiaba que la situación siguiera manteniéndose a pesar del cambio de autoridades. Lusarreta añade que muchos cubanos están confiados en que se "se pueda producir algún tipo de apertura económica, sobre todo en lo referido al cambio de moneda, que pueda permitir un pequeño deshago a la gente".
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