Wednesday, April 30, 2008

Polémica por repatriación de una becaria boliviana



La repatriación de los restos de Beatriz Porco, una becaria boliviana que estudiaba Medicina en Cuba, ha generado una gran polémica luego de que su familia denunció que los órganos de la joven fueron extirpados sin su autorización. A este hecho se añaden denuncias de chantaje y supuestas amenazas personales.


Beatriz Porco, oriunda del municipio de Curahuara de Carangas (Oruro), tenía 22 años de edad, y hace tres años ganó una beca para estudiar Medicina en Cuba, relató su hermana, Sofía.

Su deceso se produjo el 29 de marzo debido a una hemorragia cerebral, según el reporte que recibió su familia desde Cuba. Sus restos llegaron el 2 de abril y fue entonces que sus familiares se percataron de la extracción de sus órganos, incluido el cerebro.

“Un día antes de que llegue su cuerpo, nos reunimos con el embajador de Cuba (Rafael Dausá) y cuando mi papá le preguntó si no le sacarían nada a mi hermana, porque sabía que hacen eso, el embajador nos dijo que estaba intacta”, afirmó Sofía.

Pero —agregó— se llevaron una sorpresa al constatar que la cabeza no tenía cerebro. “Estaba llena de esponja, también se vaciaron los riñones, los pulmones y los órganos genitales”.

Sofía contó que las autoridades cubanas se empeñaron en realizar una autopsia al cuerpo en un centro de El Alto atendido por cubanos, pero “conseguimos permiso y le hicieron la autopsia en el Hospital de Clínicas”.

Según Sofía, el alcalde de Curahuara de Carangas, Rómulo Alcón, les ofreció ayuda, pero “el Embajador de Cuba lo amenazó y le dijo que si investigaba más, iban a romper los convenios con esa alcaldía”. Alcón negó haber sostenido alguna conversación directa con el diplomático cubano. “No he recibido ninguna llamada, nosotros (la Alcaldía) sólo hemos ayudado a hacer la gestión (de repatriación del cadáver) con la familia”, señaló.

Por otra parte, el tío de la víctima denunció a la red Erbol que recibieron amenazas si el caso era denunciado a la prensa.

La familia de Beatriz llegó a La Paz para hacer la denuncia formal del caso ante la Fiscalía. Ante los hechos, el canciller, David Choquehuanca, dijo que aguarda un informe de las autoridades cubanas, pero adelantó que la víctima tenía un mal incurable.

“Estamos en pleno proceso de recopilación de información y vamos a solicitar a nuestra embajada en Cuba y al Embajador de Cuba en Bolivia un informe. (El embajador Dausá) está de viaje, pero he podido conversar con algunas autoridades de esa legación e indican que (Beatriz) tenía una enfermedad sin cura; le comunicaron (esto) a sus familiares, estaba internada, pero lamentablemente falleció”.

Consultado sobre la extracción de órganos, Choquehuanca explicó que “ellos han procedido en estricto cumplimiento a las normas internas de Cuba y normas internacionales”, para el traslado de cadáveres.

Choquehuanca dio a conocer que los familiares de Beatriz pidieron a las autoridades cubanas una indemnización, lo cual les fue negado, pero —agregó— “tenemos entendido que las autoridades se hicieron cargo de los gastos fúnebres y el traslado”.

El defensor del Pueblo, Waldo Albarracín, dijo que iniciarán una investigación al respecto y la oposición se manifestó a través de los senadores de Podemos Roberto Yáñez y Tito Hoz de Vila, que cuestionaron el procedimiento. Yáñez aseguró que “es un crimen quitar los órganos a un ser humano sin la autorización de sus familiares”.

Este medio intentó, tres veces, contactarse con el embajador de Cuba en Bolivia, a través de la ministra Consejera para Prensa, Mercedes de Armas, sin embargo y pese a la insistente solicitud, la llamada no fue devuelta.

El 2002, otro caso similar hizo noticia

Miguel Ángel Vargas Bastos, estudiante boliviano de Medicina en La Habana (Cuba), falleció el 20 de octubre del 2002. Tras un informe forense realizado en Bolivia luego de la llegada de su cadáver, se determinó la ausencia de 18 órganos de la víctima, cuatro de ellos vitales.

En ese entonces, la madre, Gloria Bastos y la tía, Regina Bastos, solicitaron al gobierno de Cuba la devolución de los órganos vitales extraídos, el protocolo de autopsia, la historia clínica y el informe policial.

Los familiares indicaron que su hijo no firmó ninguna autorización para donar órganos.

Los parientes de Miguel Ángel se enteraron de su deceso el 21 de octubre de ese año, cuando recibieron una llamada de la Embajada de Cuba a través de la cual les informaron que el muchacho había fallecido a causa de un accidente.

No obstante, la mamá aseguró que el joven no sufrió ningún accidente porque, a través de su novia, supo que días antes de morir había sido amenazado de muerte y que tres meses antes había pedido regresar.

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