El presidente cubano anuncia el primer congreso del PCC en siete años
MAURICIO VICENT - La Habana - 30/04/2008
La era de Raúl Castro se consolida. El nuevo presidente de Cuba dejó claro el lunes que la "provisionalidad" de su Gobierno ha acabado y anunció que el esperado VI Congreso de Partido Comunista de Cuba (PCC), que lleva seis años de retraso y deberá fijar las líneas políticas y económicas del país para los próximos años, se celebrará en el segundo semestre de 2009. En estos momentos de cambio, que algunos consideran simple sucesión y otros de transición a la cubana, Raúl Castro confirmó que una de sus principales prioridades es fortalecer las instituciones, y sobre todo el Partido Comunista, pensando en el relevo generacional de la dirigencia histórica.
Raúl Castro presidió el lunes el VI Pleno del Comité Central del PCC, que se ha convertido en el suceso político más importante desde que Fidel Castro cayó enfermo hace 21 meses. "Los acuerdos que hemos aprobado dan fin a la etapa de provisionalidad iniciada el 31 de julio de 2006 con la proclama del comandante en jefe, hasta el mensaje en que nos expresó su propósito de ser sólo un soldado de las ideas", dijo, en su primera comparecencia desde que asumió la presidencia el 24 de febrero.
El Pleno del Comité Central aprobó la constitución de una comisión reducida del Buró Político presidida por Raúl Castro e integrada por seis miembros -que coincide con el presidente y vicepresidentes del Consejo de Estado-, que actuará como un núcleo duro de Gobierno para "hacer más operativo y funcional el proceso de toma de decisiones". Además, fueron elegidos miembros del Buró Político tres hombres de total confianza de Raúl, el histórico Ramiro Valdés, el secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba; Salvador Valdés Mesa, y el jefe del Estado Mayor del Ejército, Álvaro López Miera.
Con este equipo, y convencido de que "afianzar el papel del partido" y las instituciones es vital "para enfrentar los retos del futuro", Raúl Castro anunció la celebración del VI Congreso, que habrá de definir en primer lugar si Fidel Castro, de 81 años, sigue siendo su primer secretario, algo que parece altamente improbable. Según los analistas, será un congreso crucial, ya que de este cónclave saldrán las líneas maestras para la transformación del modelo socialista cubano, en la dirección que sea.
En un anuncio sorpresivo, el nuevo presidente también informó de una medida de gracia de su Gobierno: la conmutación de la pena de muerte a los presos condenados a esta sanción, con excepción de tres acusados de terrorismo. Según miembros de la disidencia, podrían beneficiarse unos 30 prisioneros. La pena de muerte será sustituida por cadena perpetua o 30 años de privación de libertad. Tras la destitución fulminante del ministro de Educación en días pasados, Raúl Castro también designó al veterano José Ramón Fernández, vicepresidente del Consejo de Ministros, como principal responsable con todo lo que tiene que ver con la educación.
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