La Comisión de Valores y varios inversores preguntan sobre sus planes a la petrolera
MIGUEL JIMÉNEZ 18 de Mayo del 2008
Estados Unidos ha dado un paso más en su presión contra las actividades empresariales en países que considera enemigos. La Comisión del Mercado de Valores de Estados Unidos (la SEC, por sus siglas en inglés) ha enviado una carta en tono inquisitorial a la petrolera Repsol YPF en la que pide explicaciones a la compañía española por sus actividades en Irán y Cuba. La SEC acaba de hacer público ese documento en sus registros, así como la contestación de Repsol. El intercambio de cartas tuvo lugar a raíz de la revisión del informe anual de la empresa, en el que figura esa presencia en ambos países. Repsol busca petróleo (sin excesivo éxito) en aguas territoriales de Cuba y tiene varios proyectos en Irán. La SEC reclamó a Repsol "información actualizada con respecto al alcance de los contactos con Irán y Cuba" y "un análisis de la importancia, individual y conjunta, de esos contactos". La petrolera replica en su contestación que esa importancia es mínima en términos cuantitativos y que, en la medida en que sus actividades son conocidas, cualquier impacto sobre potenciales inversores está ya reflejado en su cotización y no supone ningún riesgo relevante para los accionistas. Fuentes de la petrolera, además, explican que son conscientes de la sensibilidad de EE UU hacia esos países, pero añaden que no sienten una presión excesiva y que su posición es cómoda en relación con sus proyectos en Irán y Cuba.
La petición de la SEC era exhaustiva. Exigía a la compañía desvelar la cuantía de los ingresos, activos y pasivos de la compañía relacionados con esos países, así como "las cantidades pagadas, si es el caso, a los Gobiernos de Irán y Cuba en 2006 y en la primera mitad de 2007". Además, la SEC reclamaba a Repsol información sobre aspectos cualitativos que pudieran resultar importantes a la hora de tomar una decisión de inversión, "incluyendo el potencial impacto de las actividades sobre la reputación de la compañía y el valor de sus acciones". El organismo supervisor se hacía eco, además, de cartas de inversores estadounidenses a la petrolera inquiriendo sobre esa presencia. Según el relato de la SEC, se han dirigido a Repsol en ese sentido el fondo de pensiones de funcionarios de California, dos entidades públicas neoyorquinas, la tesorería del Estado de Carolina del Norte y el consejo estatal de inversiones de Illinois. La compañía que preside Antoni Brufau admite haber recibido dos cartas de inversores indagando sobre las relaciones con Irán.
La SEC también advierte a Repsol que Arizona y Luisiana tienen leyes que previenen a sus sistemas de pensiones sobre inversiones en compañías "que hagan negocios con los países que EE UU considera patrocinadores del terrorismo" y que Pensilvania ha tomado también medidas similares en relación con sus fondos estatales. El organismo también añade que "Florida requiere a los emisores revelar en sus folletos cualquier relación empresarial con Cuba o con personas domiciliadas en Cuba". Por si eso fuera poco, la SEC subraya que muchos otros estados están estudiando leyes que obliguen a la desinversión de fondos públicos en empresas con operaciones relacionadas con Irán.
La SEC pide a Repsol que en su contestación dé cuenta del "potencial impacto en el sentimiento inversor puesto de manifiesto por éstas y otras acciones similares contra las compañías que hacen negocios con Irán y Cuba". La carta de la SEC fue enviada el pasado 28 de agosto, pero no ha sido desvelada hasta ahora, cuando el examen de ésa y otras cuestiones referidas al informe anual de Repsol ha concluido y el organismo se ha dado por satisfecho con las explicaciones de la compañía española. El director financiero de Repsol, Fernando Ramírez Mazarredo, contestó a la SEC a finales de septiembre. Ramírez explica que Repsol participa en tres campos o bloques de exploración de hidrocarburos en Irán, donde opera desde 2001. Además, recuerda que la petrolera lleva desde 2000 manteniendo contactos para un proyecto de exploración y licuefacción de gas natural (el proyecto Persian LNG). En enero de 2007 se firmó un contrato que le daba una participación del 25% en el proyecto, mientras que otro 25% corresponde a Shell y el restante 50% al Estado iraní. Repsol, sin embargo, explica que el proyecto sigue en fase de estudio y que la decisión de inversión aún no se ha adoptado. De hecho, ahora parece más probable que se deje ese proyecto aparcado y se dé preferencia a otras inversiones alternativas en Irán.
La compañía española precisa que su filial en Teherán tiene sólo 17 empleados, de los que 10 son iraníes y que sus activos en el país son de menos de 20 millones de euros, lo que representa apenas el 0,1% del balance de la compañía. Sus negocios en Irán aún no han generado ingresos y los pagos efectuados al Estado iraní ascendieron a 3,9 millones de dólares en 2006 y 2,1 millones en el primer semestre de 2007 en concepto de impuestos, cargas de la Seguridad Social y otros servicios. Con respecto a Cuba, Repsol llegó a un acuerdo con la petrolera estatal en 2000 para buscar petróleo en siete bloques de sus aguas territoriales, sin resultados por ahora. Los activos en la isla son mínimos y los pagos al Estado cubano, en concepto de impuestos, casi testimoniales. La petrolera, eso sí, logró ingresos de 18 millones de dólares (cerca de 12 millones de euros) al ceder participaciones en sus derechos de exploración a otras dos compañías.
Las cifras hablan por sí solas con respecto a la mínima importancia cuantitativa de las actividades en esos dos países. Repsol, además, sostiene en su respuesta a la SEC que tampoco desde el punto de vista cualitativo esa presencia puede afectar a su reputación ni a sus accionistas. La petrolera argumenta que esas operaciones son conocidas y que los analistas e inversores están al tanto de las mismas, de modo que cualquier efecto debería estar ya reflejado en la cotización.
Repsol subraya que todos los inversores y consumidores saben que buena parte del petróleo mundial está en países de Oriente Próximo y que la exploración en las aguas que rodean Cuba se ha incrementado en los últimos años. Además, la compañía ha tomado la prevención de que ninguno de sus empleados estadounidenses trabaje en operaciones relacionadas con Irán y Cuba, países en los que seguirá presente.
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