REALIDAD. Los cubanos salen por miles de la isla, y en Honduras han encontrado facilidades para entrar y luego partir a EE UU. |
Muchos cubanos ya no necesitan balsas artesanales para llegar a Honduras por el mar, porque se sirvieron de instituciones públicas hondureñas que les facilitaron documentos para llegar ilegalmente al país por la vía aérea. Una mafia que trafica con cubanos en el país para “exportarlos” a Estados Unidos ha quedado al descubierto, delito que salpicaría a varias autoridades nacionales.
La maraña que se teje para comercializar con los caribeños dejó un cabo suelto y la Unidad de Investigación de EL HERALDO hoy desentraña cómo ha funcionado esa trata de personas. Firmas, sellos y hasta papeles membretados de varias entidades estatales son los usados por los traficantes; algunos de estos documentos hasta han sido falsificados para llevar a cabo el ilícito.
VISAS IRREGULARES
Al país entraron el año pasado cuatro cubanos con visas consulares, y no consultadas, tal y como corresponde. Estas visas supuestamente fueron firmadas por el cónsul de Honduras en Cuba, Reynel David Amador, y una semana después, como “por arte de magia”, estos mismos cubanos lograron ingresar a Estados Unidos.
El hecho que desnuda este ilícito consta en una declaración firmada por el delegado de Migración y Extranjería en el aeropuerto internacional Toncontín, Olvan Fredy Hernández, luego de que retuvo a los cuatro cubanos que ingresaron a Honduras con la documentación fraudulenta el 9 de febrero de 2007. El acta en la que se detalla esta irregularidad la firman también el jefe de Investigación y Análisis de Migración, Héctor Becerra, y el oficial de Investigación René Padilla.
Los cuatro caribeños ingresaron a las 12:30 del mediodía a la terminal en el vuelo 824 de Copa procedentes de La Habana. Primero se reportaron en el registro de Migración dos cubanos identificados como Leslye Suárez Aguilar y su hijo menor Reynel Pérez Suárez. “Al revisar detenidamente el documento de viaje, observé que en la línea de las observaciones de la visa otorgada se leía la leyenda como motivo de viaje: ‘viaje para residir’, y que además contaban con visa B o visa consular en lugar de visa C o consultada”, relata Hernández.
“Dicha visa clasificación B estaba firmada por el cónsul de Honduras en Cuba, Reynel David Amador”, acotó el funcionario de Migración. Los cubanos están en la categoría C para emisión de visas, las que se conceden después de que Cancillería y Migración revisan antecedentes de los solicitantes para decidir si pueden entrar al país. A estas visas se les denomina consultadas. Solo en el caso de que una entidad del Estado lo pida, Cancillería puede entregar una visa consular a alguien cuyo origen es un país en categoría de visa consultada. En la Cancillería se maneja la tesis de que la firma del cónsul en Cuba pudo ser falsificada.
¿QUIÉN LOS TRAJO?
En su declaración, el delegado explica que la cubana Leslye Suárez portaba una carta de promesa de trabajo de la empresa Arrendadora Hondureña. Esto explicaría que la compañía fue la que gestionó la traída de Suárez. Minutos después llegaron a Toncontín los otros dos cubanos: Vania Juana Cabadilla Concepción y Fausto Falero, pasajeros del mismo vuelo, quienes también portaban pasaportes con visas categoría B, “ambas autorizadas por el cónsul de Honduras en Cuba”.
Resalta el declarante que en los pasaportes de los isleños se indicaba que el Congreso Nacional requirió sus arribos, por lo que Hernández consultó a las “autoridades correspondientes”, obteniendo la respuesta de que “no había efectuado ningún trámite de visa consultada”. El delegado de Migración explicó que se comunicó con su jefe, el titular de Registro de esta dependencia, Darío Lagos, para que resolviera el problema, quien le giró instrucciones para que retuviera a los foráneos mientras se esclarecía el impasse.
En esta delegación migratoria de Toncontín se interrogó a los cubanos para saber por qué se les entregaron las visas consulares, y con qué objetivo el Congreso pidió que vinieran, esto último en el caso de Vania Juana Cabadilla Concepción y Fausto Falero.
Los cuatro contestaron que no sabían nada de lo que se les preguntaba y que su intención de visitar el país era para “hacer turismo”. “Los tres adultos fingían no conocerse, pero después de un tiempo resultó que sí se conocían”, continuó relatando Olvan Hernández.
Al no haber justificación de su ingreso se iban a mandar de regreso para Cuba ese mismo día, pero no se hizo porque no habían vuelos disponibles. Esto provocó que fueran enviados a la Policía de Fronteras de la Dirección General de Servicios Especiales de Investigación (DGSEI) en calidad de depósito, porque al día siguiente, sábado 10 de febrero, serían deportados.
Sin embargo, el mismo viernes a las 7:00 de la noche, Hernández cuenta que recibió la llamada de alguien que se identificó como empleado de Industria y Comercio, del que no recuerda su nombre, para decirle que se había contactado con Darío Lagos, y supuestamente había arreglado con él (el empleado de Industria y Comercio) para que les entregara a los cubanos porque venían a trabajar con ellos. No obstante, la petición fue negada.
Algo que llama la atención es el hecho de que Migración registró el ingreso de Reynel Pérez a las 12:57 de la tarde; pero ese mismo día a eso de las 5:00 de la tarde se hizo otro registro como si hubiese retornado a Cuba, hecho que nunca sucedió, porque fue retenido por la misma institución.
REAPARECE LA MAFIA
Al fallar el intento del empleado de Industria y Comercio, la mafia de traficantes intentó de nuevo sacar a los cubanos el sábado al mandar a Migración a una persona no identificada, de entre 30 a 35 años, quien solicitó que le entregaran a los extranjeros, pero se le dijo que ocupaba a un abogado para hacer cualquier trámite.
Olvan describió que “el muchacho se mostraba un poco confundido y hablaba mucho y desesperadamente por su teléfono celular”.
“El joven que fue a solicitar a los cubanos, de acuerdo al agente de Interpol del grupo Antibombas de apellido Valladares, asignado al aeropuerto, ha sido visto en varias ocasiones esperando gente”, dijo el funcionario migratorio. Al filo de las 11:00 de la mañana de ese mismo sábado, la abogada Rossina Reyes igualmente reclamó a los cubanos, pero no se los entregaron porque no portaba ninguna documentación.
Dos horas más tarde llegó otra vez Reyes “con una nota dirigida al director de migración German Espinal, donde ella solicita de manera legal a los cuatro cubanos detenidos”. Seguidamente agregó que la nota mostraba que los extranjeros serían entregados en custodia a su persona y que ella se presentaría a los oficinas de Migración el día lunes 12 de febrero con los abogados de los extranjeros para hacer los arreglos legales de su permanencia en el país.
Luego, un oficial de Investigación, René Padilla, le mostró a Olvan Hernández una carta para que le dieran los isleños a la profesional de derecho, por lo que “entregué a los cuatro cubanos”. Esto no debió suceder porque la ley exige que los cubanos solo pueden entrar al país con visa consultada, es decir que se sigue un procedimiento especial en Cancillería y Migración para aprobarla.
Empero, los pasaportes de los migrantes fueron retenidos y entregados a Darío Lagos para investigación y evitar que salieran del país. EL HERALDO intentó dialogar con Lagos, pero en su oficina se informó que estaba en una reunión. Rossina Reyes aseguró, según consta en una acta, que sus representados se hospedarían en el hotel Alameda, bajo vigilancia policial para que no se escaparan. “A mi parecer, a la abogada la estaban utilizando porque ella no sabía nada del caso”, enfatizó el funcionario.
Llegado el lunes 12, Reyes acudió a las oficinas de Migración con los cuatro cubanos, tal y como se había comprometido; sin embargo, se encontró con la sorpresa de que un empresario sampedrano, al que no logró identificar, junto a Darío Lagos y el director de Migración German Espinal, habían reclamado ya la custodia de los caribeños.
VIAJE A TIERRAS DEL “TÍO SAM”
Pero las anomalías van más allá y apuntan a una alarmante confabulación de autoridades nacionales con el crimen organizado para hacer que los cubanos lograran entrar a Estados Unidos. EL HERALDO tiene en su poder una nota que le envía el agregado de Aduanas y Migración de la embajada de Estados Unidos, Luis Carmona, al jefe de Investigación de Migración, Héctor Becerra, en la que le notifica el ingreso de tres de los cuatros cubanos en mención.
Reynel Pérez Suárez, y Leslye Pérez Aguilar ingresan a Estados Unidos el 22 de febrero, mientras que Vania Cabadilla Concepción entra tres días antes (19 de febrero) a ese país. De Fausto Falero no se sabe el paradero. Según lo informado, estos extranjeros ya cuentan con asilo político en Estados Unidos, luego que invocaran una ley especial que les permite ser recibidos siempre y cuando hayan pisado el territorio estadounidense.
Si los pasaportes de estos extranjeros fueron decomisados en Honduras, ¿cómo pudieron entrar a Estados Unidos, violando los rigurosos controles migratorios? En el ambiente flotan dudas y preguntas sin respuesta sobre la posible complicidad de autoridades para la trata de personas, que atenta contra la seguridad nacional y la del gobierno estadounidense.
No comments:
Post a Comment